Prolífico escritor
estadounidense, famoso por sus novelas de ciencia ficción y por sus libros
divulgativos sobre todas las ramas de la ciencia. Asimov nació en Petrovichi,
Rusia. Su familia emigró a Estados Unidos cuando tenía tres años y se
estableció en el barrio de Brooklyn, de Nueva York. Ingresó en la Universidad
de Columbia a los 15 años y a los 18 vendió su primer relato a la revista
Amazing Stories. Sus trabajos en las revistas de ciencia ficción le
llevaron a profesionalizarse como escritor literario y científico.
Leyes De Asimov
Leyes De Asimov; En
ciencia ficción las tres leyes de la robótica son un conjunto de normas
escritas por Isaac Asimov, que la mayoría de los robots de sus novelas y
cuentos están diseñados para cumplir. En ese universo, las leyes son
"formulaciones matemáticas impresas en los senderos positrónicos del
cerebro" de los robots (lo que hoy llamaríamos ROM).
Aparecidas por primera
vez en el relato Runaround (1942), establecen lo siguiente:
1. Un robot no debe
dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño.
2. Un robot debe
obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto si estas
órdenes entran en conflicto con la Primera Ley.
3. Un robot debe
proteger su propia existencia, hasta donde esta protección no entre en
conflicto con la Primera o la Segunda Ley.
Realmente, las
premisas presentadas por Asimov (mucho antes que los robots fuesen una
realidad) eran muy acertadas, y efectivamente protegían a los humanos de
cualquier tipo de daño que fuese causado por estas maquinas.
Pero los tiempos
cambian, los robots ya están entre nosotros, y parece que lo que hace furor es
el robot armado para la guerra y no la “mucama cibernética” o el “trabajador
robótico”. Eso volvió automáticamente obsoletas las Leyes que elucubro el
escritor, ya que un combatiente robot que no dañe humanos es un contrasentido.
El ingeniero John S.
Canning, del Naval Surface Warfare Centre (EE.UU.), ha dicho que se necesitan
una serie de leyes que den más libertad a los robots sin que eso signifique
tener “carta blanca” para cometer cualquier crimen. Menuda tarea.
Canning propone dotar
a los robots de combate de total libertad cuando se enfrenta a un enemigo
robótico (donde la violencia no seria un problema), y de algunas reglas más
restrictivas cuando combate contra humanos. Incluso, dice que podría ser útil
un operador humano para que decida por la maquina. “Este esquema permitiría a
un robot apuntar a otro, y a un humano hacer lo mismo con un semejante”.
Entre los “autómatas”
que tiene en mente Cannig figuran los misiles antitanque, sistemas de defensa
automatizados, torpedos submarinos, etc.
El documento completo
escrito por Canning. No es necesario leerlo todo para encontrar algunos puntos
inquietantes. Por ejemplo, seria valido para un robot (o sistema de combate
automatizado) dispara al fusil que lleva un humano, y no necesitaría
autorización para efectuar ese disparo. Su el soldado que lleva el fusil
resultara herido o muerto, lo asumiría como un “daño colateral” y no plantearía
ningún tipo de conflicto para el robot.
No se sabe cuando se
llevaran a la práctica este tipo de ideas, pero confiamos en que falte mucho
tiempo. Pensar que cuando se estrenó Terminator en 1984, nos creímos que era
una película de ciencia ficción
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